Perfil emocional: ¿Cuál es el tuyo?

Perfil emocional: ¿Cuál es el tuyo?

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Sabemos que cada persona reacciona de diferente manera ante las situaciones que nos acontecen y nos diferenciamos los unos a los otros en nuestro sentir. En este punto, el neurocientífico Richard Davidson realizó un estudio en el marco de la neuropsicología afectiva sobre la correlación de las emociones y nuestro cerebro, dando cuenta del concepto de perfil emocional, el cual es único y particular en cada uno de nosotros. Te invito a profundizar en el mismo y luego, si te interesa conocer cuál es el tuyo, al final de artículo encontraras un cuestionario propuesto por dicho autor que podrás realizar.

Se entiende por perfil emocional a la manera de responder a las experiencias que tenemos en la vida de manera consecuente. Influye en la posibilidad de sentir determinados estados emocionales, rasgos emocionales y estados de ánimo. Es posible considerarlo como el elemento constitutivo y fundamental de nuestra vida emocional (Davidson, 2012). El mismo se encuentra vinculado a circuitos cerebrales específicos, identificables y medibles. En este punto, radica una de las diferencias con la personalidad, la cual abarca a los perfiles emocionales, como también a los rasgos emocionales, siendo un conjunto de cualidades superiores, pero no cuenta con un correlato cerebral específico.

El perfil emocional se encuentra conformado por 6 dimensiones, las cuales describen un continuo, es decir, podemos situarnos en diferentes posiciones del mismo. Por lo tanto, la combinación de dichas equivale al perfil emocional total. Cada dimensión se fundamenta en un patrón particular de actividad cerebral, por ello, es posible modificarlas debido a la capacidad de nuestro cerebro de cambiar su estructura y los patrones de actividad a lo largo de toda la vida, denominada, plasticidad.

Cabe destacar, que todos tenemos elementos de cada una de estas dimensiones, Davidson (2012) sostiene que es posible considerarlas como ingredientes de la receta de nuestro carácter emocional, es decir, el ser emocional que somos es el resultado de la combinación de diferentes cantidades de estos seis componentes, y que por lo tanto, al haber miles de formas de combinarlos, hay un sinfín de perfiles emocionales.

Las 6 dimensiones del perfil emocional son las siguientes (Davidson, 2012):

1. Resistencia: El extremo de la dimensión se caracteriza por la lentitud en recuperarse luego de atravesar una pérdida, inconveniente o acontecimiento perturbador y la dificultad para deshacerse de la ira, tristeza u otra emoción producida por dicha situación adversa. En el otro extremo se encuentran aquellas personas que se recuperan con rapidez

2. Actitud: Aquellas personas que se encuentran en un extremo del continuo, se caracterizan por ver lo positivo en todo, lo cual puede hacer que ignoren los signos de alerta o advertencia en su vida (personal y/o profesional) y tienen habilidad para conservar las emociones positivas. En el polo opuesto, se encuentran aquellas personas en las que las emociones positivas (alegría, felicidad…) tienden a deshacerse rápidamente, se caracterizan por su cinismo y pesimismo. Por lo tanto, tienen dificultad para sentir placer durante un tiempo prolongado.

3. Intuición Social: Las personas situadas en un extremo del continuo, no saben leer ni interpretar las situaciones sociales. En cambio, en el lado opuesto, se encuentran aquellas socialmente intuitivas, caracterizadas por la habilidad para captar sutiles pistas no verbales, interpretar el lenguaje corporal, las entonaciones vocales y las expresiones faciales de otras personas.

4. Autoconciencia: En un extremo se ubican aquellas personas que presentan dificultades para reconocer sus sentimientos. En oposición, se sitúan individuos sumamente conscientes de sus pensamientos y sentimientos, como también receptivos a los mensajes que su cuerpo le envían.

5. Sensibilidad al contexto: Las personas especialmente conscientes del marco social son aquellas que tienen una sensibilidad que sintoniza con el contexto social y se hallan en el extremo positivo de esta dimensión. Las que, en cambio, se muestran ajenas al marco social son personas que desconectan, es decir, no se dan cuenta de las reglas implícitas que rigen las interacciones sociales y que hacen que un comportamiento que sería aceptable en un contexto resulte desagradable u ofensivo en otro. 

6. Atención: Aquellas personas que pueden desconectarse, pese a encontrarse en pleno torbellino emocional, se sitúan en el extremo centrado del espectro. En cambio, otras se distraen por estímulos emocionales que nada tienen que ver con lo que las ocupa y se ubican en un polo disperso. Las personas centradas son capaces de concentrarse pese a la existencia de intrusiones cargadas emocionalmente, pueden  filtrar la ansiedad que sobrecarga el ambiente a su alrededor, a diferencia de las personas con un perfil descentrado que presentan dificultad para hacerlo.

Si bien no hay un perfil emocional que sea ideal, ni una posición óptima o correcta en los continuos de las dimensiones, cuando el mismo interfiera en la vida diaria, impidiendo alcanzar las metas que cada uno se propone, cause angustia o  impida ser feliz, es cuando se puede comenzar a considerar la posibilidad de cambiarlo. Y si así se desea, Davidson (2012) refiere que a partir de sus investigaciones demostró la existencia de maneras concretas y efectivas para hacerlo. Es decir, hay formas de entrenamiento mental que posibilitan que los patrones de actividad cerebral cambien.

En este punto, el autor arroja cierta luz de esperanza sobre el cambio, ya que muchas veces pensamos que “estamos destinados” a ser de determinada manera y por eso no podemos cambiar. Ahora sabemos que está a nuestro alcance poder modificar la posición que ocupamos en las dimensiones de nuestro perfil emocional, para que nos sea funcional en nuestra vida.

Sin embargo, no es la única opción, ya que en lugar de modificar nuestro perfil emocional para que se ajuste mejor al mundo en el que vivimos, “podemos cambiar el mundo (nuestro entorno inmediato y la manera en que estructuramos nuestra vida) para que se ajuste mejor a nuestro perfil emocional. Al ser conscientes de nuestro perfil emocional, podemos modelar una vida que le dé cabida.” (Davidson, 2012)

Finalmente, si estas interesado en saber cuál es tu perfil emocional podes descargar el cuestionario confeccionado por Richard Davidson (2012), el cual luego de responder con verdadero o falso y puntuar tus respuestas, da cuenta de la posición que ocupas en las diferentes dimensiones y por lo tanto de tu perfil.

Click aquí para descargar el cuestionario y saber cuál es tu perfil emocional.

Te invito a que nos cuentes que te pareció el artículo y el cuestionario ¿Sabías cuál es tu perfil emocional?


Bibliografía

Davidson, R & Begley, S. (2012). El perfil emocional de tu cerebro.  Barcelona, España. Ediciones Destino, S.A.

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Daiana Lamberti

Soy Licenciada en Psicología (Universidad de Belgrano), Especialista en Psicoterapia Integrativa con Orientación Cognitiva (Universidad de Mar del Plata). Me he formado en evaluación neuropsicológica y psicodiagnóstico. Actualmente, me encuentro ampliando mis estudios en Neuropsicología, rehabilitación y estimulación cognitiva. Me desempeño en el área de la educación y en la atención clínica de pacientes con diferentes perfiles cognitivos y diagnósticos, ejerciendo desde el compromiso, responsabilidad, pasión e idoneidad.

3 comentarios

Leidy Rodrigues Publicado el6:06 pm - 27 julio, 2023

Me interesa demaciado todo lo que están asiendo y enceñandonos muchas gracias

Leidy Rodrigues Publicado el6:07 pm - 27 julio, 2023

Saludos

Leidy Rodrigues Publicado el6:07 pm - 27 julio, 2023

Me gusta mucho la temática

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